Todos los días, todas las semanas y todo el año pasó lo mismo, yo, sentada en el kiosko, mirándote, te acercas y me saludas así como sí nada, sin imaginar que me late el corazón a mil por hora con tan sólo un "hola" tuyo, sin pensar ni siquiera que te amo, que sos un tema de conversación para mí y mis amigas, que lloro por vos, que te dediqué las mil y un canciones de amor, que se me para el mundo con verte, que estoy enamorada de tu sonrisa y me pierdo en tu mirada.