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Sí me cansé de esperar, fue porque mí tiempo no curo ni una herida.

Sí me cansé de olvidar, fue porque el olvido es la pastilla suicida.

Sí me cansé de perdonar fue porque cuando duele, nunca, nunca, nunca se olvida.

Sí me cansé de mentir fue porque la verdad lastima sólo el principio.

Sí me canse de dormir fue porque al sueño no lo sueño dormido.